domingo, 9 de julio de 2017

Gatito

Un día, de repente
un gatito se acercó a mi.

Y me observó en silencio
Y luego se fue.

Después volvió y se quedaba a mi lado en silencio.
Y volvía a irse.

Pero hubo un momento,
no me di cuenta,
en que el gatito se quedó.
Ya no se fue. 

Y el gatito se pegó a mi pecho
y le abracé.

Y ame a este gatito.

Pero no es mi gatito.
Supongo que el decidió quedarse porque el me adoptó.
El gatito me reclamó como suyo.

Pero mi gatito (aunque no es mío)
Es un gato después de todo.
Y es libre.
Es un ser nocturno.

Este gatito camina en la noche lamiendo sus manitas y aullando a la luna llena.

Y el gatito así como decidió un día estar conmigo ahora decide correr libre.

Pues yo estaría estático ensimismado en mi propia vida y el gatito acostumbra cazar por las noches y reír como solo los gatos pueden reír. 

La verdad no quiero que se vaya.
Porque amo a mi gatito.

Pero no quiero ver la tristeza en sus ojos ni escuchar que maulla con dolor.

Así que eres libre gatito hermoso.
Ve.
Anda. 
Corre. 
Vive. 
Sueña. 
Ama.
Ama.
Ama.

Yo seguiré aquí, 
en el mismo balcón de siempre.
Aquí donde una vez me encontraste. 
Con la misma mirada.
Con la misma sonrisa.

Con las mismas canciones. 

Por si algún día regresas y todo siga igual como lo dejaste.

Hasta la vista,
gatito hermoso.
Hasta luego.
Gatito.

Te amo.

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