Esto ni trató
de ti ni de mí.
Era acerca de la conexión.
Nunca fue de lo que sentí.
Y tampoco de lo que sentías.
Era de las nubes que moldeamos a sonrisas.
Y no te extraño.
Ni a tus preciosos ojos.
Tan solo son tus “buenos días”.
Dime entonces que nunca nada fue real.
Y yo asentiré cortésmente.
Y reirás.
Y reiré.
Y diremos hasta luego con las manos.
Caminaré
Y tu te irás.
Y la vida sigue con su curso.
Y una vez mas
yo buscaré
un satélite a cual asirme.
Y nada mas en particular,
no nada más sucederá.
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