Hush.

En mis silencios recorro con el índice el lunar en tu rostro. 
Paso por tu nariz y me quedo en cada poro abierto qué hay. 
Y no importa si estas desnuda, pues es en tu rostro donde deseo habitar.

En esos silencios me grabo esa cicatriz de varicela cerca de tu ceja; y es en tus cejas donde el tiempo espera más. 
Me encanta la textura tupida y oscura. 
Y como hace tu mirada resaltar.

Guardo silencio cuando las yemas de los dedos vuelven a bajar por tu nariz y terminan en el piquito de tus labios. 
Y son tus labios los que acaricio más.

Y tú, 
desesperada de tantos silencios
encojes los hombros y muestras las palmas esperando de mi una palabra más. Y yo no soy de palabras. 
Sólo deseo acariciar.

Y en mis silencios tan largos, 
trato de memorizar tu rostro 
trato de aprenderte y grabarme todo, todo de tí. 
Más 
y más.

Y asi estas. 
Te encuentras desnuda. 
Y en mis silencios es cuando te grito que soy yo quien te quiere más.

Pizza

Dr Dolittle en la pantalla. Una película no muy buena para ser sincero.
Pero eso dio pié a mencionar los cómics que fueron llevados al cine.

Y ahí estabas tú comiendo pizza de peperoni con tus expresivos y grandes ojos. Me observabas atenta y sin perder ningún detalle de mi emoción.
Esos ojos que me enamoran.

Y traté de explicarte sobre Batman de Burton y Batman de Nolan.
Sobre Superman. Sobre Watchmen.
Sobre lo complicado de llevar el arte de una viñeta, su simetría y la estética de el dibujo a un medio en movimiento.
También porque el Universo Marvel esta dividido en tres.

Y ahí estabas tú comiendo pizza de peperoni y una naranjada.
Y no perdías atención.
Tratabas de comprender cada detalle.
Cada ademán qué hacia yo, como dando cuerpo a mis emociones.

Y fué el primer fin se semana que no tuvimos sexo.

Y al parecer fue el primer fin se semana en que me di cuenta cuanto te quiero.

Y cuanto empiezas a adorarme.